Las candidatas para este tipo de cirugía son todas aquellas mujeres que hayan completado su desarrollo corporal, pudiendo ser el motivo de consulta un complejo o deformidad estética. La operación, que se realiza bajo anestesia general, y el plan y objetivo de la cirugía deben ser discutidos entre el paciente y su Cirujano Plástico. Esto implica aclarar la expectativa respecto al volumen deseado y cicatrices remanentes. Las cicatrices serán variables de acuerdo a la magnitud de la elevación, y de la calidad de la piel de la paciente. Básicamente varían desde una cicatriz alrededor de la areola, hasta un en T invertida.
La paciente puede irse en el día a su casa o quedar internada durante 24 hs. Luego debe permanecer en reposo los primeros días y no realizar actividad física de esfuerzo por 30 días, dependiendo de la magnitud de la intervención. Generalmente puede reanudar sus tareas laborales en forma liviana entre los 7 y 10 días. A pesar de que no se interfiere la lactación luego de una cirugía mamaria, no es recomendable realizarla ante la posibilidad de un embarazo próximo, dado que la mama al aumentar de volumen distorsionará las cicatrices y su forma. Las complicaciones descriptas varían desde cicatrices hipertróficas, alteraciones de la sensibilidad del pezón a sufrimiento del mismo, hecho que es excepcional en cirujanos experimentados. Puede haber alteración de la sensibilidad del pezón en los primeros meses tanto en más como en menos. No hay evidencia de que se produzca alteración de fertilidad ni para amamantar.
La decisión de someterse a una cirugía pone a prueba no solo criterios estéticos sino también planteos psicológicos por el cambio de aspecto que estos implican. Antes de tomar una decisión es imprescindible que te informes correctamente, desterrando así prejuicios y mitos; para eso te ofrecemos asesoramiento en nuestra clínica avalados por profesionales idóneos y te daran a conocer las ventajas y limitaciones que estos procedimientos conllevan.
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