A la mayoría de las personas les desagrada el aspecto de sus cicatrices, especialmente si son faciales. En algunos casos ellas provocan alteraciones funcionales en los ojos, boca o nariz. Una persona que está considerando la posibilidad de mejorar sus cicatrices debe saber que no hay manera de eliminar por completo las cicatrices. La meta es más bien de mejorar el aspecto de la cicatriz, ya sea disimulándola, cambiando su posición, o reduciendo su espesor. El color de la piel, la edad, y el tipo de cicatrización son todos factores importantes que deben tomarse en cuenta antes de decidir la cirugía.

Decidiendo el tipo de tratamiento

Ya sea que la cirugía se haga por razones estéticas o funcionales su cirujano examinará la cicatriz para decidir que tratamiento es el indicado. Cuando la cicatriz es de tipo retráctil, la cirugía generalmente incluye la eliminación del tejido afectado en su totalidad haciendo la cicatriz menos visible y de mejor calidad. La Microdermobrasión y el Láser son métodos que usa un cirujano para que las cicatrices que tienen un aspecto irregular o engrosado se vean más niveladas y suaves resecando las capas superiores de la piel. La cicatriz va a persistir aunque menos visible y de mejor aspecto. Las cicatrices queloides o hipertróficas son tratadas generalmente al principio con inyecciones de esteroides para reducir su espesor. Si el resultado no es satisfactorio, éstas pueden ser resecadas quirúrgicamente y suturadas con hilos delicados con lo que se obtienen mejorías estéticas. Es importante recordar que las cicatrices tardan un año o más para completar su maduración y adquirir su mejor aspecto.